Los cambios y la resistencia activa de la elite dominante

Teófilo Briceño. Centro de Estudios Francisco Bilbao.

A días del 4 de septiembre es necesario constatar algunas cosas. La campaña, en todas sus dimensiones, muestra o demuestra que, en la “política” no existe juego limpio para las clases o sectores dominantes. Esto es un dato histórico irrefutable, una condición para los que ejercen el poder desde todos los aspectos que se analicen. Es que son muchos los intereses en juego. Es mucha la plata, los negocios, las influencias que tienen que proteger.

Los famosos tres poderes de la República, para asegurar que todos seamos iguales ante la “ley”, no son más que una ilusión presentada como realidad ante la ciudadanía, parte de la cual lo cree a pie juntillas y repite dogmáticamente monocordes discursos en su defensa.

Los de arriba, no sólo poseen una hegemonía absoluta en los tres poderes clásicos del republicanismo, también tienen otros poderes para ejercer su dominio, y los usan sin escrúpulo alguno para proteger sus intereses, esos que hoy, tímidamente, podrían verse afectados por el triunfo del Apruebo.

Algunas muestras de ello.

a.- El comportamiento de la prensa “oficial”, tanto en medios escritos como audiovisuales, ha sido grosero a favor del Rechazo, amplificando la opción de continuidad de la constitución pinochetista, y minimizando la del cambio.

En este sentido, la proporción de la aparición pública de figuras conservadoras, en desmedro de las del cambio, y más aún, de aquellas de carácter popular que están por el apruebo pero que son críticas del mal gobierno, es gigantesca.

La mirada de los defensores de la revuelta y de las transformaciones más profundas fue erradicada de cuajo de los grandes medios de comunicación, y un ejemplo claro es que una marcha de nada menos que 50 mil personas, la de la movilización de los pobladores del 20 de agosto pasado, no salió en ningún medio de cobertura nacional.

Estos grandes aparatos ideológicos de desinformación han cumplido cabalmente su papel, y en ese marco armaron una “realidad” de debate conformada sólo por políticos integrantes de la casta tradicional, aquella que los chilenos rechazaron en el plebiscito de entrada, y que hoy se han convertido en verdaderos profetas mediáticos de lo que Chile necesita. La opinión de los pueblos, qué duda cabe, es nula.

b.- En consonancia con lo anterior, y también como arietes de defensa del modelo, el papel de las encuestadoras no ha sido menor, y desde hace meses construyeron una nutrida agenda mediática para que el rechazo gane ante una supuestamente desprolija y afiebrada Convención Constitucional.

Se apostó al desprestigio de la Convención con operaciones políticas de distinto tipo, ocultando todo el esfuerzo de los poderes económicos, de la “inteligencia” del sistema, de los militares u otros, sobre el desarrollo de la Convención.

Los medios de comunicación y las encuestadoras se unieron como las dos hermanas malvadas de la cenicienta, y para boicotear el cambio.

c.- La guerra psicológica o acciones de ese estilo como forma de influencia en la política y en la subjetividad de la ciudadanía ha sido pan de cada día en estos meses.

La detención del vocero de la Coordinadora Arauco Malleco, Héctor Llaitul es una muestra de ello. Información acumulada durante años de “investigaciones”, con escuchas telefónicas, seguimientos, infiltrados, es usada en un momento preciso y para que gane el Rechazo o al menos, mermar fuertemente al Apruebo.

Y claro, todo les resulta con un gobierno famélico, sin ninguna voluntad de cambio real, producto de sus acuerdos con el empresariado.

E.- En el campo de batalla de las redes sociales, parece que todo vale.

Noticias falsas, bot para dar la sensación de mayoría, apelación a las emociones, sin ningún tipo de argumentación seria, en busca del voto o voluntad del que sólo ve los titulares o imágenes simplonas. Lamentablemente, algo grosero resulta muy efectivo, y si a ello les sumamos los errores no forzados de los que están en el gobierno y su entorno, se refuerzan las ideas del rechazo y su potente e hipócrita campaña.

En fin, son muchas las aristas de la coyuntura.

Lamentablemente, existe un acuerdo tácito entre este gobierno y la llamada oposición, consistente en que el resultado del plebiscito sea lo más ajustado posible, para reforzar así a los que quieren reponer en el país la política de los consensos, es decir, la de continuar veladamente con el sistema neoliberal. Es trasladar el escenario de la transición a la democracia de los 90 a la actualidad. Gatopardismo puro, que todo parezca cambiar, para que nada cambie.

En esta siniestra estrategia de artificial empate, cualquier holgado resultado en favor del Apruebo será un triunfo popular, pues será la lección de que, a pesar de tener todo en contra, la revuelta del 2019 todavía se mantiene en el ideario y la esperanza de los chilenos.

Constatamos que los sectores populares que estamos interesados en el Apruebo popular, para generar cambios reales, estamos ausentes de la política.  El sistema nos dedicó el poema 20 de Neruda “me gustas cuando callas, porque estas como ausente”.

Por lo anterior, cualquiera sea el resultado del 4 de septiembre, los sectores populares en lucha tenemos el gran desafío de unirnos y de conquistar un gobierno realmente transformador, con un programa claro y con voluntad de cumplirlo, basado no sólo en los votos, que son muy importantes, sino también en la movilización social resuelta, inteligente, oportuna y rupturista.

Apruebo para seguir luchando, esa es la consigna justa, pues sólo con ella se generarán mejores condiciones para avanzar.

31 de agosto 2022.

 

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