Futbolistas chilenas: profesionales por ley, pero con bajos salarios

Codigorojo. 13 junio 2022.

Fuente diarios regionales.
La norma del balompié femenino en nuestro país lleva un mes desde que entró en vigencia, pero la dura realidad es que en el futuro la mayoría de las jugadoras recibirá apenas el sueldo mínimo y hay clubes que desaparecerán.
El futbol femenino ya es profesional en Chile, un hito histórico que sigue la estela de Estados Unidos, España y Noruega. Pero el sueldo mínimo es de 380.000 pesos chilenos, alrededor de 12.600 pesos al día, y cuando llegue a 400.000 llegará a los $13.300. Más allá del evidente avance que significa la entrada en vigor de la ley que obliga a profesionalizar el fútbol femenino en nuestro país, firmada semanas atrás por el presidente Gabriel Boric, las cifras esconden una dura realidad que hace de la igualdad un concepto todavía muy distante para las jugadoras chilenas: la mayoría no recibirá más que el salario mínimo mensual por dedicarse a su pasión, entrenar y jugar.
El Congreso aprobó en marzo una iniciativa que obliga a contratar a todas las futbolistas profesionales, una política que fue recibida entre los aplausos de quienes lo ven un paso hacia la igualdad y críticas de los que aseguran que solo engrosa los gastos y no trae beneficios. Con esta ley, Chile sigue la estela de otros países como Estados Unidos, que este año llegó a un acuerdo con las jugadoras para compensarlas con 24 millones de dólares por la diferencia salarial con los hombres, o Noruega, que desde 2017 incrementó el sueldo de las futbolistas en 93%. Según la FIFA, los países que tomaron la vía de la profesionalización, han visto crecer la actividad y vislumbran un futuro auspicioso: Francia y España tuvieron ganancias de 619.000 dólares y 628.000 dólares por club en promedio, respectivamente. En la región, Brasil embolsó 309.000 dólares por club, muy lejos de Colombia (65.000 dólares) o Argentina (32.000), según la organización internacional.
La nueva ley, promulgada en abril, apunta a formalizar al 100% de las jugadoras femeninas de forma progresiva en un plazo de tres años. Mientras que algunos clubes emblemáticos como Colo Colo o Palestino, llevan años contratando a parte delos planteles femeninos, algunos todavía se muestran reticentes y dudan dela viabilidad económica. El costo total será de 15 millones de pesos mensuales por club en promedio, ya que la gran mayoría va a optar por pagar el sueldo mínimo oficial, que son 380.000 pesos al mes. Este salario mensual significa para cada jugadora chilena un ingreso de 12.600 pesos al día por jugar al fútbol, lo que no termina por cumplir con el objetivo de la profesionalización, que más allá de la dignidad busca que puedan dedicarse en exclusiva a su pasión sin tener que buscar otros trabajos o ingresos.
Para Javiera Moreno, vicepresidenta de Asociación Nacional de Jugadoras de Fútbol Femenino en Chile el hecho de que van a disminuir el número de clubes con categoría femenina es “una realidad”, pero no es necesariamente malo. Esto permitiría mejorar los planteles, incrementar el desarrollo de la liga actual, lograr mejores auspiciadores y fortalecer las selecciones nacionales, detalló. “No va a haber ningún retroceso. La ley es un gran paso. Solo quieren meternos miedo”, esgrimió.
El fútbol en Chile mueve más de 150 millones de dólares al año, pero según Carla Rojas, economista e investigadora de la Universidad de Chile, “no está claro cuánto proviene del fútbol femenino”. El crecimiento de esta industria ha sido lento pero constante y, aunque sigue representando ingresos minoritarios en comparación al masculino, señaló, representa “una gran oportunidad de negocio”. “Muchas empresas, marcas, universidades ya han demostrado que quieren ser parte de este cambio. Oponerse es políticamente incorrecto, pero además, supone una pérdida de capital”, dijo. Para la experta, la igualdad de género “es un buen negocio para todas las partes”, especialmente con la llegada de la “cuarta ola feminista” a la región, que mueve a millones de mujeres a las calles que también representan “un nicho de mercado”.
Las primeras en notar la entrada en vigor de la nueva ley serán las cientos de jugadoras que hasta no ahora no tenían garantías laborales básicas y vivían sumidas en la precariedad. Un estudio pionero de la Universidad de Chile y la Anjuff, que desgranó las entrañas de esta opaca industria, señaló que más del 95% de las profesionales no tiene contrato de trabajo y el 49 % no recibe ninguna remuneración. La nueva ley apunta a que las mujeres se dediquen en exclusiva al fútbol y, por tanto, mejoren su desempeño y hagan crecer todavía más la industria, expresó Carolina Cabello, socióloga e investigadora del deporte de la Universidad de Valparaíso. En paralelo, también se evita la fuga de talentos, señaló, la huida de decenas de grandes jugadoras, un gran capital, a países con clubes profesionales que les ofrecen buenas oportunidades. “Ningún negocio empieza con ganancias, pero hay que apostar por nosotras igual que por ellos”, concluyó.

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