En medio de la represión, miles marcharon junto a la Central Clasista este 1 de mayo

Codigorojo. 1 de mayo 2024 

Desde Alameda con Avenida Brasil se reunieron miles de trabajadores y activistas sociales para marchar hacia Estación Central al acto organizado por la Central Clasista de Trabajadoras y Trabajadores.

Mas temprano, en el lugar donde fue baleada en la cabeza la periodista popular Francisca Sandoval el 1 de mayo clasista 2022, quien falleció el 12 de mayo de ese año producto del balazo, La Señal 3 de La Victoria realizó un homenaje frente al barrio Meiggs.

En el comienzo de la caminata encabezada por dirigentes sindicales de la Central Clasista, CEPCH, FENASIPEC, KONECTA, SINTEC, ARMETRASE, entre otros, se sumaron los antifascistas de Colo Colo, U de Chile, Universidad Católica, compañeros del PC-AP, MIR, AIT, MPMR, Bloque de Organizacionales Populares, entre otros.

Hubo diferentes expresiones de amigos y familiares de víctimas de violaciones a los DDHH en la revuelta social y una importante presencia de colectivos de apoyo a la causa Palestina y al pueblo mapuche.

También desde temprano se juntaron centenares de integrantes del llamado Bloque Negro, expresión del anarquismo chileno.

Carabineros, que desarrollo controles de identidad desde temprano, se mantuvo alejado de la marcha y actuó con toda su capacitad pasado un cuadra del comienzo de la caminata, llegando reprimir el escenario en pleno acto, desarmando vallas papales y deteniendo a dirigentes que lo protegían.

Según la prensa oficial hubo 16 detenidos, lo organizadores hablan de una treintena. El abogado Florencio Pardo informó a Codigorojo que todos quedarían en libertad, salvo los acusados de portar botellas incendiarias.

En el escenario actuó el grupo Peñipampa y La Itinerante en medio de una nube de gases lanzados por la policía uniformada.

Pese a la arremetida desatada por las Fuerzas Especiales de Carabineros sobre el escenario donde se desarrollaba el acto de la Central de Clase, su presidente, Ramón López, pudo dirigirse a las y los congregados, en medio de los gases lacrimógenos y los chorros de agua.

Así, López se refirió a la crisis internacional del régimen capitalista, solidarizó con Palestina y alertó sobre la carrera armamentista de las grandes potencias mundiales. Hizo hincapié en la deuda planetaria que triplica la economía real; y en la tragedia de la humanidad destruida, desplazada y migrante forzosa debido a las guerras de rapiña en diversas partes del globo.

Respecto de Chile, Ramón López dijo que «las grandes mayorías sufrimos un gobierno títere de la clase dominante y del imperialismo estadounidense. Un puñado de familias avaladas por la embajada gringa son las que mandan en el país como si fuera una hacienda colonial. Esta forma de gobierno, donde el Estado empresarial se transformó en una máquina de corrupción, ha permitido que la clase dominante haga y deshaga con toda libertad. Todo el aparato del Estado se encuentra infectado por la corrupción. Carabineros, FFAA, las cámaras de diputados y senadores, el organismo judicial, entre otras áreas. El sistema de partidos políticos de la institucionalidad es el régimen más eficaz para conservar el orden de la injusticia social, la miseria, el abuso y que los multimillonarios continúen engordando sus fortunas».

Junto con dar cuenta de las expresiones de la crisis socioeconómica, política y cultural que golpea a las grandes mayorías sociales, el presidente de la Central propuso una plataforma de lucha para la clase trabajadora organizada, que considere «el fin del actual Código Laboral. Es urgente terminar con el maldito artículo 161, esa norma que permite a la patronal echarnos a la calle sin ningún motivo. Hay que poner fin al subcontrato, herramienta que ha empobrecido a la clase trabajadora. Que se entregue la Pensión Garantizada Universal a las trabajadoras que se jubilen a los 60 años y se aumente la pensión garantizada comprometida por Boric. Que exista indemnización para la familia por fallecimiento del trabajador o trabajadora. Que se cancelen las licencias médicas desde el primer día. Que los sueldos se reajusten automáticamente, de acuerdo al valor de la Unidad de Fomento para que no pierdan su poder adquisitivo. Que la negociación colectiva sea ramal y por actividad económica. Que terminen las Administradoras de Fondos de Pensiones, AFP, tanto privadas como públicas, y en su reemplazo se cree un sistema de seguridad social y pensiones integral, solidario y de reparto, y con participación de los propios trabajadores en su organización. Que se suspenda la ley de Sala Cuna que está en el Congreso y que busca la privatización de la educación parvularia municipal. Además, luchamos para que en nuestra patria exista una salud pública de calidad, que sea universal, y donde las y los trabajadores de la salud tengan salarios dignos. Luchamos por una educación pública eficiente, gratuita y de excelencia, donde las y los docentes recuperen su liderazgo al interior de las aulas. Luchamos para elaborar un sistema autónomo de los trabajadores y trabajadoras que permita acceder a viviendas dignas. Reivindicamos siempre y en todo lugar la resistencia del pueblo nación mapuche y de otros pueblos originarios, así como exigimos la inmediata puesta en libertad de los prisioneros políticos mapuche y el término de los montajes judiciales racistas impuestos por la industria forestal y los latifundistas. Luchamos junto a la diversidad de género, y en particular con la comunidad trans empobrecida y excluida laboralmente. En nuestra tierra jamás seremos libres hasta que los pueblos originarios, mestizos y migrantes no logremos conquistar los mismos derechos».

Ramón López finalizó su alocución, llamando «a movilizarnos el próximo 11 de julio, Día de la Dignidad Nacional. Fecha en que el gobierno popular de Salvador Allende, en 1971, logró la nacionalización del cobre. Y nos movilizamos no sólo para conmemorar, sino para sumar fuerzas para levantar un proyecto de sociedad propio del pueblo trabajador, de sus necesidades y derechos sociales. Un proyecto-país que contemple una sociedad de iguales y libres; autónoma del imperialismo y de los intereses de las corporaciones monopólicas que destruyen nuestras vidas y al planeta. Debemos prepararnos para las luchas que se avecinan. Es cierto: el presente es de lucha. Pero el futuro es nuestro».

Tras las palabras de López, se entonó La Internacional y vino un espacio de canto popular.

La actividad finalizó con una tallarinata en la Plaza Libertad de Prensa, donde los dirigentes sindicales entregaron su primer balance.

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