Carta inmigrante a un senador socialista

El senador del Partido Socialista (PS), Gastón Saavedra, propuso que le sea retirado el derecho a voto a los extranjeros inmigrantes en Chile, una medida francamente de carácter fascista, y que se ampara exclusivamente en intereses electoralistas mezquinos y de corto plazo, que niegan la participación de quienes constituyen un elemento de enriquecimiento de la tradicionalmente monocromática sociedad chilena.

«En muchos países del mundo la nacionalidad es esencial para votar y la obtención de derechos, ante esta realidad nos pareció necesario legislar y adecuar la ley 21.235 sobre migración y extranjería, solucionando un problema que distorsiona la realidad electoral. Hoy una persona puede obtener el carnet de identidad, cumplir 5 años de permanencia votar y al otro día irse de Chile. Son justamente esas distorsiones las que queremos terminar con este proyecto. Si un extranjero quiere votar tiene que estar comprometido y ser parte del desarrollo social y político del país», sostuvo el senador Saavedra.

Pero para sentir compromiso con un país no se requiere la nacionalización. Y ningún inmigrante, como de manera absolutamente ridícula sostiene usted y otros “honorables” de su misma tienda política, va a permanecer cinco años en Chile al solo efecto de sufragar en un proceso eleccionario para abandonar el país al día siguiente. Señalar eso oscila entre la franca mala fe y la más sublime estupidez.

Recuerdo que hasta el pasado siglo al menos, se entonaba con verdadera emoción una canción del compositor porteño Enrique Motto Arenas, más conocido como Chito Faró, y que en parte rezaba “Campesinos y gentes del pueblo te saldrán al encuentro, viajero, y verás como quieren en Chile al amigo cuando es forastero”, palabras que, lamentablemente, se convirtieron en letra muerta con el correr de los años y la llegada de inmigrantes latinoamericanos y de otras latitudes, todos de piel oscura, y con el común denominador de la pobreza y la esperanza por encontrar un futuro mejor.

«Nosotros creemos que hay que darle cierto orden al universo electoral sobre todo cuando es una obligación ir a votar. Queremos que los extranjeros que voten lo hagan convencidos y se sientan parte de nuestro país», añade usted senador Saavedra, y yo le pregunto: ¿Quién le dice que un trámite administrativo como la nacionalización va a germinar los sentimientos de agradecimiento de una persona, o que va a desarrollar un sentido de pertenencia mayor por haberlo realizado? ¿Quién es usted para determinar quién siente o no pertenencia al país?

Con esa lógica, no habría acaso que retirarle el derecho a tantos personeros que han saqueado y vendido al país, a los gestores de las privatizaciones, a los creadores de las AFP y a tantos chilenos de pura cepa que han entregado Chile a las transnacionales.

¿Honestamente, tiene usted senador Saavedra el medidor de pertenencia al país? ¿Se olvida usted, por ejemplo, de la actriz argentina Marés González?, Premio Nacional de Artes de la Representación y Audiovisuales de Chile y primera mujer directora de la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile, a quien el compañero presidente Salvador Allende consideraba “el talento más grande del país”.

El diccionario de la Real Academia Española (RAE), señala que la xenofobia es el Odio, repugnancia u hostilidad hacia los extranjeros, y usted la expresa acabadamente con su ignominioso proyecto.

Se lo dice un inmigrante, uno que creció viendo Los Bochincheros y la Cafetera Voladora, y luego Sábados Gigantes y El Festival de la Una y cuya juventud transcurrió en dictadura y a fuerza de peñascazos y barricadas, y que hoy, desde el otro lado de la cordillera, ve con tristeza cómo el fascismo se apodera de las mentes y los corazones de quienes, en teoría al menos, debieran abogar por los derechos de los seres humanos, y no pretender coartarlos, como usted vergonzosamente propone.

Atentamente y con tristeza.

Dante Reyes Marín

Licenciado en Comunicación Social

Profesor de enseñanza media en ciencias jurídicas

Abogado

Profesor en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires.

 

 

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