Codigorojo. Dante Reyes Marín.
La localidad de Ezeiza, en la Provincia de Buenos Aires, es escenario de la III Asamblea Continental de ALBA Movimientos y en la cual, delegados de más de una veintena de países de la región y del mundo, dialogan respecto a las luchas que se deben promover en pos de un efectivo combate al capitalismo.
Gonzalo Armúa, Comunicador Social, docente e integrante de la Secretaría Continental de ALBA Movimientos, y uno de los anfitriones del evento, explicó a Código Rojo Valparaíso que “este es un encuentro de carácter latinoamericano, internacionalista, que es parte de un proceso”.
“Es parte de un proceso que viene desde hace varios años, es la tercera asamblea, tuvimos una primera asamblea que también es heredera del proceso del No al ALCA, de la llegada de Chávez a Venezuela, de Evo Morales, la construcción del ALBA TCP, como mecanismo de integración institucional, y los movimientos populares se plantearon la necesidad en aquella época de también, reforzar ese proyecto estratégico que tiene que ver con la complementariedad, con la solidaridad entre los pueblos y sobre todo, con una alternativa al capitalismo”.
“En este caso la asamblea tiene la perspectiva de que podamos pasar de un elemento de análisis, de diagnóstico, que por lo general se hace en eventos internacionales a plantear un plan de acción concreto, que podamos reunirnos durante distintos momentos del año los movimientos que conformamos ALBA Movimientos para generar acciones en la calle, para encontrarnos a hacer formación política, para desarrollar una red de medios alternativos y populares, para seguir reforzando la alianza y la unidad entre los pueblos de nuestro continente, y eso implica llevarlo a la práctica”, completó Armúa.
Pero más allá de la aparente concordia y coincidencia en la lucha anticapitalista, no queda fuera del debate y la discusión, el relacionamiento entre los distintos movimientos de la izquierda revolucionaria, y la distinción que se debe hacer frente a los gobiernos aparentemente progresistas, pero que en el fondo constituyen una cara lavada de un maquillado capitalismo que intenta, con un ropaje distinto, mantener sus privilegios.
La chilena Blanca Urrutia, Encargada Orgánica Regional del Bío Bío del Partido Igualdad, fue enfática en señalar que “el gran desafío de la izquierda es poder unificar las distintas fuerzas y poder construir un proyecto en conjunto, no solo dentro de Chile, el desafío también involucra un trabajo en conjunto con nuestros países vecinos y desde el intelectualismo hasta las bases sociales populares, sentar las bases claras y convicciones sin titubear, que van primeramente por el camino anticapitalista y antineoliberal”.
Camile Chalmers, en tanto, economista y profesor, de Haití, y parte de la coordinación política de ALBA Movimientos, también dejó muy en claro la necesidad de marcar una diferencia con los gobiernos mal llamados de izquierda, “ellos desacreditan las ideas de izquierda, porque después (al fracasar) las personas dicen que ya la izquierda estaba en el poder y no hizo nada, es muy grave y tenemos que llevar una lucha ideológica muy fuerte y con mucha claridad respecto a eso, porque se ha demostrado que no se puede cambiar con pequeñas reformas ni con discursos de manipulación”, puntualizó.
La chilena representante del Partido Igualdad, ejemplificó lo anterior con el presidente de su propio país, Gabriel Boric, “desde que firmó el acuerdo por la paz, luego de la revuelta social nos demostró que no estaría del lado de la revolución, menos ahora que muestra claras señales neoliberalistas”. Por ello, fue clara y tajante, “no reconocemos al gobierno como de izquierda, por el contrario, es un gobierno que sigue siendo servil al neoliberalismo, desde esa perspectiva jamás lo podríamos reconocer como una postura de izquierda. Desde esta aclaración, no podríamos construir un proyecto en conjunto, hasta que se avance a posturas claras y no con ambigüedades como se ha mostrado hasta ahora”, reclamó.
Y el haitiano Camile Chalmers apuntó respecto a lo que, a su juicio, debe ser una imperiosa tarea, “Hay que realmente ir al meollo del sistema de dominación para cambiar las relaciones sociales y políticas y es muy importante que, en este momento, hagamos avanzar esa senda de ruptura revolucionaria, que es la única salida en interés estratégico de nuestros pueblos”.
Por último, desde el Centro de Estudios Francisco Bilbao (CEFB), el autor de esta nota, también presente en parte del encuentro en Argentina, opinó que “probablemente, en pocos meses, el gobierno de Gabriel Boric va a enfrentar un nuevo estallido, quizás de la magnitud del que soportó Piñera, y del cual, vale recordar, sólo fue salvado por la aparición de la pandemia”.
“Y este pronóstico se basa en que, en plena campaña electoral, luego de denunciar la corrupción y la desidia de los gobiernos de los últimos 30 años, Boric, una vez asumido como presidente, designó en altos cargos de su administración, precisamente a quienes fueron parte de esos 30 años. Eso no es casual, constituye un claro indicador del rumbo de su gobierno, y sinceramente, deseo que el pueblo lo sepa advertir y frenar, y que la calle sea el escenario para el mensaje”.