Codigorojo. 19 agosto 2022.
Fuente: El Observador de Quillota.
En un día como hoy, hace 100 años, se produjo la primera transmisión de una voz desde un espacio a otro muy distante. Las palabras se emitieron por ondas sonoras y la gente asombrada escuchó esa transmisión radial. Era el 19 de agosto de 1922, cuando un joven ingeniero agrónomo, Enrique Sazié, junto a su amigo, el profesor de electrotecnia Arturo Salazar, se juntaron en el edificio de la Universidad de Chile, ubicado en la Alameda, en pleno centro de Santiago, con el objetivo de hacer una prueba que cambiaría las telecomunicaciones en nuestro país.
Lo que querían era transmitir por primera vez en Chile la voz humana por ondas de radio. Y lo lograron en forma extraordinaria, desplegando un adelanto que cambiaría la historia de Chile. La voz salió desde la Alameda y cruzó por el aire, sin cables, cinco cuadras, hasta llegar al antiguo y señorial edificio del diario “El Mercurio”, ubicado en la esquina de Companía con Morandé. Eran las 21:30 de la noche. El transmisor había enviado la señal que capturó el receptor. La voz había viajado un corto espacio, pero el suficiente para inaugurar una nueva época en las comunicaciones. Unas doscientas personas estaban en torno a la radio que recibió por primera vez el sonido de la voz. Hubo aplausos, emoción y una incredulidad que dura hasta hoy, ya que no es fácil comprender que uno enciende un receptor en su casa y puede escuchar a una persona hablando en la India, en Arica o en La Calera.
Siempre hay algo mágico en la forma en que una onda sonora ingresa a nuestros hogares, llevando música y palabras. Durante la primera transmisión desde la universidad al diario, hubo una explicación de lo que estaba pasando, luego una marcha, un dúo de violines, una sátira política de actualidad, en la que el periodista Rafael Maluenda comparó el perro de Arturo Alessandri con otro perro famoso. Después un par de cantantes, las últimas noticias del día y la interpretación del tradicional Himno de Yungay.
Esa es la historia que da inicio a esta gran compañía que es la radio como un potente medio de comunicación, que llega a todas partes y mantiene informados y acompañados a millones de chilenos todos los días del año. Hay poco menos de tres mil radios en el país. Esos sonidos van a través de nuestros oídos, directo al corazón, penetran con fuerza en nosotros y nos traen emociones, recuerdos y visiones de la vida. La música como compañera de cada jornada, cada radio con su ritmo, pero todas con canciones y melodías que nos importan. Las noticias como formadoras de opinión en cada uno de nosotros. Los locutores con su encanto para acompañar y alegrar la vida de sus auditores. Siempre la radio ha estado ocupando las primeras preferencias de la gente.
Cuando llegó la televisión, hace cerca de 60 años, para el Mundial del 62, se pensó que las radios perderían audiencias, pero nunca eso llegó a pasar, porque la vitalidad, la rapidez y la oportunidad de la comunicación radial todavía no ha sido reemplazada por ningún otro medio. La empresa periodística “El Observador”, a través de sus radios “Quillota” y “La Calera” celebra con entusiasmo estos cien años de compañía, cien años de noticias y música, cien años de pasión por esos micrófonos que nos acercan a miles de familias. Sigamos escuchando radio. Esos sonidos van a través de nuestros oídos, directo al corazón, penetran con fuerza en nosotros y nos traen emociones, recuerdos y visiones de la vida.
Roberto Silva Bijit en El Observador de Quillota.