Dante Reyes Marín. Codigorojo en Argentina.
En el marco del 1° Foro Internacional “Fascismos en el siglo 21 desde el Sur Global”, que se desarrolla en la ciudad de Buenos Aires, el sociólogo, magíster en Ciencia Política de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) y doctor en Ciencia Política de la Universidad Harvard, Atilio Borón, advirtió sobre los peligros de la tibieza de los gobiernos progresistas latinoamericanos.
En la sede de la Universidad Nacional de las Madres de Plaza de Mayo, sede del foro antifacista, el octogenario analista conversó en exclusiva con Código Rojo y opinó sobre el panorama latinoamericano contemporáneo y particularmente sobre el escenario político chileno.
Se habla mucho en este encuentro de la unidad antifacista y de no perder de vista quién es el enemigo, pero le pregunto qué responsabilidad en el surgimiento de Milei, de Bolsonaro, de Piñera, le cabe a los gobiernos supuestamente transformadores que vienen con un discurso incandescente y que después terminan pinchándose, administrando un mismo modelo económico y que la gente considera como de izquierda, cuando ni siquiera llegan a ser socialdemócratas. Porque si uno no sincera esta cuestión termina llamando izquierda ….
A cualquier cosa, tienes toda la razón. A ver, yo diría lo siguiente y te voy a decir algo que dijo Clara Zetkin el año (19)22, (19)23, que el fascismo es la respuesta que se le da a la clase obrera por su fracaso en emprender la revolución en Occidente, lo dijo ella después del advenimiento del fascismo en Italia.
Y yo creo que cuando uno mira la experiencia de los gobiernos progresistas en América Latina, que invariablemente han terminado dejando un saldo social lamentablemente muy decepcionante, es obvio que la gente fue impulsada a buscar una alternativa.
Y en la medida en que el progresismo, tomo el caso de la Argentina, no sólo Alberto Fernández, también la época de Cristina, no resolvió los problemas de fondo, no los resolvió Bachelet o no los está resolviendo Boric en Chile, no los resolvieron Lula ni Dilma en Brasil, es obvio que se abre la puerta para la aparición de figuras proféticas, demagógicas, salvíficas que prometen romper con el sistema, porque fíjate que lo que es interesante, es que la mayoría de estos líderes de la ultraderecha, en realidad se proponen, se presentan ante la sociedad como gente que está en contra del sistema cuando son, como en el caso de Milei, la esencia más profunda del sistema capitalista.
Pero bueno, ante el fracaso rotundo de gobiernos que dejan un tendal de pobres, que desfinancian al sector público, que condenan a los jubilados, que mantienen las AFP por ejemplo en Chile, con todas las inequidades que esto provoca, evidentemente le abren el campo para la aparición de estos líderes.
Por supuesto, no es el único factor, ahí aparece también el esfuerzo global de recomposición de la economía norteamericana en América Latina, que pasa por el surgimiento de gobiernos de este tipo, como Bolsonaro, como Milei, en cierto sentido como Dina Boluarte en Perú, con la segunda elección de Keiko Fujimori en las próximas elecciones, por personajes como el traidor Lenin Moreno, y por gobiernos tibios, demasiado tibios, en momentos en donde la ruta del centro está cerrada, clausurada.
Se nota en la Argentina, se clausuró la ruta del centro, tenés derecha extrema o radical, tenés digamos una izquierda o un frente popular radicalizado, no lo tuvimos, gana la derecha. En Chile, por cierto, vas a tener una constelación de fuerzas de derecha ante la cual, digamos, lo que queda de Boric y su gobierno difícilmente pueda aparecer como la alternativa.
En Brasil mismo, Lula está maniatado, porque por más que quiera expandir el gasto, el Banco Central, que en Brasil tiene absoluta independencia del gobierno, le ha cerrado todos los grifos a Lula y no puede hacer política social.
Cuál es la solución, avanzar de manera muy fuerte por la izquierda y fíjate que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ganó por paliza a la derecha, con un programa de izquierda, o sea el camino es por la izquierda, por el centro, lo que se instaló en la Argentina, la ancha ruta del centro, es una ruta que te conduce al abismo. Y ojalá que en Chile no vayan a transitar por esa misma ruta porque va a caer también por el mismo abismo.
¿Y usted cree que la ruta de los gobiernos concertacionistas y ahora el de Boric pueda dar pie para que la próxima mirada de los chilenos sea hacia la extrema derecha?
Bueno, tienen varios candidatos, está José Antonio Kast, está la Matthei, está Kaiser también cuyo solo nombre ya me provoca un escalofrío porque la verdad si hay un hombre facho o hitlerista en la historia es Kaiser.
Yo creo que Chile tendría que buscar una alternativa de un progresismo más radical, es cierto que la sociedad chilena, yo te digo que he vivido seis años en tu país, la sociedad chilena de hoy no es la que yo conocí, en la que yo viví, en la década de los 70, era una sociedad muy diferente, ha sido reformateada culturalmente de una manera fenomenal.
Hay que tener en cuenta que Chile para los norteamericanos ha sido siempre el gran laboratorio experimental, ¿te acuerdas la Revolución en Libertad, de Eduardo Frei?, era la revolución en libertad, la alternativa a la revolución cubana, montada por Estados Unidos, después aparecieron los documentos de la CIA desclasificados, el canalla de Agustín Edwards, que estaba de periodista lo tuvieron que expulsar del Colegio de Periodistas por operador, pero digo, Chile siempre fue un laboratorio muy especial para Estados Unidos y la campaña que ellos hicieron para cambiar la cabeza de las chilenas y los chilenos fue algo fenomenal, por eso hoy reaccionan de otra manera.
Chile era un país muy politizado, a mí me sorprendió cuando yo llego a Chile a principios del año 67, enero, me sorprendió el nivel de politización que tenía. Hoy en día me decepciona, me entristece, el nivel de despolitización.
Ahora, es un fenómeno, para que los chilenos no se empiecen a culpar y a flagelar, es un fenómeno global, acá en Argentina pasó lo mismo. Argentina era un país de una politización no muy alta y se ha despolitizado totalmente, en Uruguay lo mismo, en Brasil ni te cuento, en Brasil es para llorar.
Entonces, hay que estar muy atentos, ver de qué manera se puede armar una alternativa de izquierda, pero con capacidad de enviar un mensaje a una sociedad que es refractaria a las grandes consignas que había en Chile en la década de los 60, pensando en el caso de tu país, en donde aparecían las consignas de la Unidad Popular y tenía un dejo impresionante.
Hoy en día tenemos que tener consignas diferentes, pero siendo conscientes que, si vamos por el camino del medio, vamos a terminar en manos de la derecha. Yo tengo una vieja tesis que siempre lo digo en muchos de mis análisis, que es muy simple, no es original mía, pero la he adoptado, no sé quien la inventó, pero es que los pueblos prefieren el original a la copia, y si tú le vas a dar un gobierno tipo Boric, que es una copia de los gobiernos neoliberales, al cabo de un tiempo el electorado chileno va a elegir otra vez a la derecha, porque para hacer política de derecha vamos con el original y no con la copia.
¿Le pone alguna ficha a Jadue?
Muchas le pondría, aunque sé que sería un gran esfuerzo remontar una campaña de macartismo y de demonización muy grande en contra de Jadue. Jadue creo que es un político brillante, una persona de una gran formación intelectual, un gran administrador, hizo una labor extraordinaria en Recoleta por eso lo están persiguiendo.
Le pondría varias fichas a Jadue, pero para una tarea que va a ser ciclópea, que es convencer al electorado chileno de que alguien del Partido Comunista puede gobernar bien y puede gobernar sin interrupción.