Argentinos a las urnas: La izquierda al rincón

Dante Reyes Marín
La izquierda concurre sin ninguna esperanza a las elecciones primarias que se realizarán este domingo en toda Argentina, probablemente, con una nula expectativa de constituirse en una real alternativa de poder.
Como es ya tradicional, y pese a alegres cánticos callejeros que aluden a la unidad de la clase trabajadora, los partidos que representan mínimamente una salida del modelo neoliberal y la ruptura con el Fondo Monetario Internacional (FMI), marchan divididos en varias candidaturas y con discretas campañas en la que las agresiones y los fuertes epítetos no estuvieron ausentes.
Necesario es explicar, en primer término, que los comicios del domingo se llaman PASO, sigla de las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias, y en las cuales deben participar, de manera obligada, todos aquellos partidos que deseen presentar candidatos en las elecciones generales del 22 de octubre. Quien no lo hace, queda fuera de esa posibilidad. Además, los partidos o alianzas que compiten deben obtener al menos el 1,5% del total de los votos, bajo pena de quedar también excluidos de seguir participando en la elección de octubre.
Entonces, desde la izquierda, y acusando cada conglomerado que “el otro” no quiso la unidad, participan al menos cinco listas, lo que derriba cualquier posibilidad de constituirse en una alternativa de cambio, y que convierte a estas colectividades, en aparatos inocuos para el modelo económico imperante, que se mantiene con mayor o menor cercanía en el eje discursivo de las candidaturas fuertes y desde las cuales saldrá el próximo presidente o presidenta del país.
Así, el Movimiento al Socialismo lleva como candidata a Manuela Castañeira, dirigenta que, sobre el principal competidor del sector, el Frente de Izquierda Unidad (FIT-U), afirmó que “está atravesando una grave crisis por disociar los medios de los fines. No se puede hablar de socialismo con medios sin principios, como los que todos ellos están usando en la campaña electoral. Unos contra otros o ellos contra nosotros. A mí me parece grave que estén en una guerra fraticida y electoralista”.
Pero este Frente de Izquierda – Unidad, la verdad es que de Unidad no tiene mucho, y muestra de ello es que para el domingo lleva dos listas. La primera de ellas llamada “Unir y Fortalecer la Izquierda”, y encabezada por la abogada de derechos Humanos Myriam Bregman, y que se enfrenta a la lista “Unidad De Luchadores y la Izquierda”, que lidera el militante del Partido Obrero, Gabriel Solano.
Sin embargo, desde el Partido Obrero surgió hace un par de años una escisión que, con el nombre de Política Obrera, lleva también a las PASO del domingo a un aspirante presidencial, el profesor universitario Marcelo Ramal. Desde ese sector se acusa que El Frente de Izquierda Unidad “ha adoptado los métodos que la izquierda ha denunciado toda la vida en todo el mundo: la preeminencia del dinero sobre la libre expresión de la voluntad popular”. Mientras que el propio Ramal afirmó hace pocos días que “una izquierda que no presenta una alternativa de poder político y una salida le abre la puerta a los demagogos derechistas”.
Y el freno en esta triste narración quedaría en el casi pintoresco e ignoto frente “Movimiento Izquierda Juventud Dignidad”, uno de cuyos exponentes y que compite también el domingo sin absolutamente ninguna posibilidad, es el dirigente piquetero Raúl Castells.
Ni siquiera vale la pena contar al Partido Comunista de la Argentina, adscrito al oficialismo y que respalda al dirigente social y candidato Juan Grabois, en una lista colectora del voto progresista del peronismo, pues su competidor en las PASO, y seguro aspirante a la presidencia en octubre, es el actual ministro de Economía del presidente Alberto Fernández, Sergio Massa.
Pero de todos los movimientos nombrados, contrarios al modelo eso sí, sólo el Frente de Izquierda Unidad tiene posibilidades de pasar el umbral del 1,5 por ciento de los votos, y de llegar a la elección general de octubre, aunque para quedar relegado, probablemente, a un cuarto lugar, y a una distancia sideral de los dos primeros, férreas candidaturas del modelo, y que probablemente irán a una segunda vuelta el 19 de noviembre.
Y este Frente lo integran la Izquierda Socialista, el Partido Obrero y el Partido de los Trabajadores Socialistas. Pero como dato anecdótico, es posible contar que hace algunos años, quien esta nota suscribe, y como presidente en aquel entonces de la Asociación de Corresponsales Extranjeros de la República Argentina, intentó organizar una conferencia de prensa del Frente de Izquierda con la prensa acreditada en el país, sin embargo, dicha intención no prosperó, pues los dos principales partidos de esa alianza señalaron que no compartirían una mesa juntos.
A la luz de lo expuesto, y como preludio doloroso, el domingo probablemente sólo una de las listas de izquierda pase a la general de octubre, dejando el campo para la lucha entre las candidaturas que sí aspiran con posibilidades a gobernar a la Argentina, todas eso sí, dispuestas de una u otra manera a acordar con el FMI, y a seguir obedeciendo sus dictados, en un país que se autobautizó arrogante como “el granero del mundo”, pero donde realmente, cada día más y más gente, come de la basura y en la calle.

 

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